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Autismo por autistas

MITO: El autismo es una enfermedad y se cura

imagen de un niño cubriéndose los oídos

No, el autismo no es una enfermedad

Es una condición o transtorno relacionado con el desarrollo del sistema nervioso. Se nace con él y no se puede contagiar ni contraer a lo largo de la vida. Aunque no se puede curar, sí se puede, y se debe, tratar.

Los fármacos pueden ayudar a mejorar aspectos concretos derivados de la condición, pero en ningún caso la eliminan. Las personas autistas nacen con unas dificultades especiales que pueden interferir en su adaptación al entorno y que requieren un tratamiento de un equipo multicisciplinario integrado por terapeutas, neurólogos, psiquiatras, etc.

La idea de que el niño podrá salir del autismo si los padres, los educadores y los profesionales hacen un buen trabajo es errónea, contraproducente, dolorosa para todos los miembros de la familia y peligrosa. Puede evitar que los padres acepten a su hijo como el ser maravilloso que realmente es, que reconozcan sus valores y fortalezas y, por el contrario, llevarles a un camino de expectativas imposibles, búsqueda de falsos culpables y frustración.

MITO: Las vacunas pueden causar autismo

Fotografía de un niño al que están por vacunar

NO: Las vacunas NO causan autismo

Esta afirmación es rotundamente falsa, a pesar de que existen grupos de opinión que insisten en su veracidad. Un nuevo estudio llevado a cabo en el Statens Serum Institut en Dinamarca con casi 600.000 niños corrobora nuevamente que no existe relación alguna entre vacunas y autismo.

En 1998 se publicó en la revista científica The Lancet un artículo en el que se afirmaba que la vacuna conjunta de rubéola, varicela y sarampión, la que se conoce como triple vírica (MMR), podía provocar autismo. Andrew Wakefield, autor de la investigación, reconoció errores metodológicos en el estudio, se retractó y perdió su licencia médica. Sin embargo, el bulo se mantiene y la comunidad científica internacional se ve obligada a refutarlo continuamente.

MITO: Su origen es exclusivamente genético

imagen de una hélice de A D N

No se conocen todos las posibles causas de autismo

Aún no ha sido posible determinar un único origen del autismo: «Existen múltiples causas y en muchos casos no se asocian exclusivamente a un factor genético», aseguran los profesionales. Ciertos estudios vinculan el autismo con infecciones en el embarazo, con la edad de los padres y la calidad del esperma o de los óvulos, con el consumo de tóxicos durante la gestación, y otros factores, «pero lo cierto es que no existe un único motivo que se aplique a todos los casos». Pero atención, que no se conozcan todas las posibles causas, no significa que no se conozcan las cosas que no son causas.

What causes autism? (Ver más, en inglés) >

MITO: El autismo es provocado por un mal vínculo entre madre e hijo

fotografía de Leo Kanner

Creencia nefasta si las hay

Inventada por Kanner en base a creencias de Freud, y luego desmentida por el mismo Kanner. Los padres no son los culpables del trastorno de su hijo. Es importante que establezcan un buen vínculo afectivo con él, que conozcan sus puntos débiles y fuertes, y que sepan cómo tienen que relacionarse con él, cómo juega, come, socializa, etc. Han de colaborar con los profesionales encargados de su tratamiento terapéutico, pero sin olvidar su papel de padres como con cualquier otro hijo, con o sin TEA: conocerlo, disfrutar y jugar con él, educarlo, alimentarlo, etc.

Kanner y las madres nevera (Ver más) >

MITO: El autismo es infantil

imagen de un niño pequeño reconociendo tarjetas de emociones

NO: Los niños autistas se vuelven adultos autistas

Crecen y se vuelven adolescentes autistas, y luego adultos autistas. La misma proporción de autismo que existe en los niños (alrededor de 1%) existe en los adultos. Sucede que los diagnósticos son modernos y muchos adultos recién se enteran que lo son (muchas veces por los diagnósticos de sus hijos), y muchos siguen sin saberlo. Con los años la mayoría aprende (por las buenas o por las malas) a "disimularse" en la sociedad. Pero si verificamos su infancia, fue igual o peor a la de los autistas niños actuales, y, por supuesto, las características (que se verifican con herramientas de diagnóstico como el test ADOS) permanecen toda la vida.

MITO: Los autistas son angelitos

Fotografía de una estatua de un ángel

Ni angelitos, ni niños índigo, ni azules

Ni angelitos, ni niños índigo, ni niños cristal, ni puros, ni bendiciones, ni inocentes. Son niños con problemas como todos, cada uno con sus virtudes y desafíos. Algunos son muy buenos y otros no tanto. Algunos no mienten, y otros sí, y muy bien. Algunos se portan muy bien y otros no tanto. Son personas de este mundo, como todos, y deben ser tratados como tales.

MITO: El MMS cura el autismo

Fotografía de un frasco de la estafa MMS

El MMS en Argentina está prohibido por la ANMAT, por tóxico.

"La Solución Mineral Milagrosa (MMS por sus siglas en inglés) es promocionado fervientemente como un tratamiento milagroso alternativo para el SIDA, hepatitis, malaria, herpes, tuberculosis, cáncer y muchas otras de las enfermedades más temidas por la humanidad. La verdad es que la MMS es un peligroso veneno, y como tal, no tiene relación alguna con el área de la salud alternativa.

Mucha gente desconoce que la MMS es esencialmente un limpiador. Es muy efectivo para matar bacterias en sanitarios, pero definitivamente no debería ingerirse. El ingrediente activo del MMS no es un mineral, sino dióxido de cloro (cloro oxigenado), que se forma de la combinación química de clorito de sodio y ácido acético (vinagre) o ácido cítrico.

La MMS es un veneno que mata gérmenes intrusos en tu cuerpo, pero sería ingenuo creer que es cuidadosamente selectivo en aquello que mata y destruye, o pensar que el daño producido solo tiene consecuencias limitadas. Es impactante que la MMS se recomiende tan abiertamente, que se recomiende a individuos ya debilitados y que sea recomendado para utilizarlo a largo plazo. A decir verdad, los peligrosos efectos secundarios potenciales a largo plazo del uso habitual de la MMS deberían provocarle escalofríos a cualquiera."

MITO: El psicoanálisis es un tratamiento para el autismo

Fotografía de Sigmund Freud

No confundir el psicoanálisis, una pseudociencia, con la psicología.

Tanto los niños como los adultos autistas pueden necesitar terapia psicológica. Dentro de la psicología, existe la rama psicoanalítica. En Argentina la gran mayoría de los profesionales son psicoanalístas, así que seguramente éste mensaje le va a caer mal a muchos de ellos. El psicoanálisis (pseudociencia creada por Freud) puede llegar a funcionar bien en comportamientos que son puramente "mentales", como ser rencores con los padres, caprichos, crecer en ambientes hostiles y similares.

Sin embargo, en casos neurobiológicos como el autismo, el psicoanálisis puede llegar a tener buenos resultados pero sólo por casualidad, tal vez porque el profesional sea excelente persona y se concentre en resolver los problemas en vez de en buscar las causas, o sea, si en vez de psicoanálisis hace (por ejemplo) terapia cognitivo conductista, porque aprendió por su cuenta más de lo que ofrece el psicoanálisis.

El problema con el psicoanálisis es que, primero, achaca todo a problemas mentales, niega que sean biológicos. Por ejemplo, si un autista tiene un colapso, para él es "un berrinche", y si el paciente quiere y trabaja lo suficiente puede evitarlos. Cosa que no es así, obviamente, el evitar los colapsos pasa por reducir la exposición a estímulos excesivos. Segundo, para el psicoanálisis el aspie se puede curar tan solo con trabajar la mente, o sea, es un problema mental y se cura desde la mente. Cosa que también sabemos que es falsa, ni se cura, ni tiene un origen mental, ya que es un asunto neurobiológico.

MITO: El autismo se cura con una dieta

Fotografía de una mujer sosteniendo una cuchara de alimento frente a un niño

NO, el autismo no se cura con dietas.

Hay mucha desinformación sobre el tema, y por desinformación no me refiero a falta de ella, sino a información falsa. No hay que equiparar a la ciencia con la pseudociencia. No tiene el mismo valor un estudio científico sobre cientos de sujetos, que anécdotas seleccionadas.

A veces me pregunto para qué me hago malasangre con los chantas que promueven dietas y «curas» mágicas –perdón, les dicen medicinas alternativas– para los niños autistas. Total, ¿qué me importa? A mis hijos los tengo con terapias, comen sano, no toman gaseosas, tampoco medicinas, y veo cómo de a poco van madurando y mejorando en lo que es mejorable. Sabemos que algunas mejoras son por nuestra intervención constante, y otras... porque están creciendo, nada más. Y también sabemos que hay cosas en las que no mejoraron ni lo harán nunca. Yo, a los cincuenta y cinco años, aún tengo arranques que ahora sé que son por estar en el espectro del autismo.

Tengo recuerdos de cuando era chico, y sé que nada de lo que me hicieron me ayudó en ese momento. Por cierto, en esa época comía todo orgánico. Estamos hablando de hace cuarenta y cinco años: ni gaseosas, ni McDonald's, ni siquiera postrecitos o galletitas industriales. Todo era hecho en casa. Tampoco había celulares, ni computadoras, ni siquiera TV color; así que tampoco se le podía achacar nada a los electrónicos, como hacen algunos ahora. En algunos aspectos –algunos antes, otros mucho después– me fui «arreglando» solo, cuando llegué a la adultez.